Oid Mortales – 20 de Febrero 2013 | ||
Nuestras canciones ganaron | ||
A punto de cumplir 25 años en la ruta, la banda de Tigre acaba de editar
¿Cómo no vas a querer?: el disco donde ponen a prueba sus canciones y su
propia historia. La historia de Blues Motel tiene varios renunciamientos. Hablamos de una banda que, si bien fue fundada en pleno período de profesionalización del rock argentino, puso por delante una devoción artesanal por su música y prefirió abrir un camino propio: un rock & roll salvaje y estilizado, tan heredero de los Rolling Stones como de Pescado Rabioso y la tradición contracultural argentina. Una banda que, en pleno estallido del rock barrial, decidió tomar posición y titular Malbec a uno de sus –atención- once discos. El flamante ¿Cómo no vas a querer? es, de alguna manera, uno de sus primeros balances. Un disco que funciona como puesta a prueba de su historia, su musicalidad y su repertorio. Sin embargo, Blues Motel esquivó la naftalina de los Greatest Hits y se propuso registrar sus viejas canciones en vivo y en el estudio. “No hubo sobre-grabaciones, no se agregaron coros, no se tocó nada –dice Adrián Herrera, guitarrista y uno de los fundadores de la banda-. Lo que escucha la gente que tiene el disco es lo mismo que escuchamos nosotros esos dos días cuando fuimos al Control del Estudio”. La presentación oficial, programada para el sábado 16 de marzo en La Trastienda, será un reencuentro especial con su público. Sobre todo porque ¿Cómo no vas a querer? fue financiado íntegramente por los seguidores de la banda a través del sistema de crowdfunding. “Si bien uno como artista está esperando constantemente el apoyo y la reacción positiva de la gente, esto superó las expectativas –dice Gaba Díaz, el cantante-. Fue un buen regalo para el ego de la banda: nos fortaleció para seguir encarando los próximos proyectos”. -Si bien puede funcionar como una antología, ¿Cómo no vas a querer? tiene toda la vitalidad que suele faltarle a los greatest hits. ¿Cómo tomó forma el concepto del disco? ADRIAN: Me parece que la vitalidad se la da justamente el que no sea un rejunte de grabaciones ya editadas, sino que se trata de la banda tocando en vivo, todos juntos en un estudio. Así es como entendimos que tenía que ser el concepto del disco: tenía que mostrar lo que es Blues Motel en este momento, incluso pensando que podía ser la vuelta a escucharnos o el punto de partida para mucha gente. -A esta altura, Blues Motel tiene un repertorio muy extenso. ¿Cómo eligieron las canciones y el approach? GABA: El repertorio lo fuimos decidiendo en forma democrática y en función de una idea inicial. Cuando elegíamos la lista hacíamos foco en aquellos temas que, con el paso del tiempo y de tanto tocarlos en vivo, resultaron en una versión mejor que la original. Otras veces pensábamos en el público y en esas canciones que no pueden faltar en un show de Blues Motel. ADRIAN: Veníamos grabando todos los ensayos desde principio de año y hubo distintos enfoques a la hora de elegir. En esos registros prestamos mucha atención a cuales les habíamos encontrado una vuelta distinta con el paso del tiempo, en relación a como estaban en los discos. Hay muchas canciones que mutaron o terminaron de cerrarse al tocarlas tantos años. Por ejemplo, hay varios temas acústicos del disco En la casa de piedra que en los shows se tocan con guitarras eléctricas y cambian totalmente. Al no tener que hacer, justamente, un “Grandes Éxitos” no estuvimos presionados en ese sentido, elegimos las canciones que más se ajustaban a la idea inicial. -Una vez que pudieron escuchar la grabación con cierta perspectiva, ¿qué ganaron y qué perdieron estas canciones en el camino? ADRIAN: Como pasa siempre que se reversiona algo que ya se editó antes, lo que se pierde sería como esa “foto” del momento del grupo en que se grabó la canción. Pero, en perspectiva, creo que nuestras canciones ganaron. Ganaron mucho en el sonido, en la forma de tocarlas, en la interacción de los músicos, en el “nervio” y el pulso que le da el estar todos metidos en el estudio. GABA: Lo mejor es la relación lograda entre calidad de sonido, naturalidad, buena ejecución y la simpleza de los recursos que usamos a la hora de grabar: tres tomas promedio por canción para elegir la mejor; sin edición ni sobre grabaciones; y sin mezcla posterior porque ya se grababan mezcladas. -En estas dos décadas de vida de Blues Motel, muchas bandas contemporáneas ingresaron en el circuito del mercado y modificaron su estética y sus prioridades. ¿Cómo cambiaron esas cosas en el universo de uds? GABA: Aprendimos a disfrutar de las ventajas que tiene ser una banda independiente. Supongo que las bandas más comerciales tienen que bancarse la presión de tener que complacer a la discográfica para mantener el contrato y la rotación en las radios. Y eso, en un contexto de mucha competencia -porque hay un montón de grupos-, seguramente termina influyendo en el arte y en la estética. A nosotros también nos hubiera pasado. Lo bueno de Blues Motel es que podemos confiar en la libertad de trabajo para seguir logrando coherencia y madurez en las canciones. ADRIAN: Pudimos hacer la carrera que queríamos sin rendirle cuentas a nadie. Obvio que nos gustaría muchas veces tener más difusión, para poder llegar a la mayor cantidad de gente posible, pero no es algo que nos haga perder el sueño. Por ahora, la situación en la que estamos nos da total libertad de acción en todo, dónde tocar, cuándo, en qué tipo de lugares, cuándo grabar, etc., y me parece que es una de las razones por las que la banda va a estar cumpliendo el año que viene 25 años ininterrumpidos trepada a un escenario. |
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