Periódico Bajo Cero - Octubre de 1995
 
Blues Motel, la constancia de los convencidos
 
  Alguna vez alguien dijo que en materia de Rock & Roll estaba todo inventado. Muchos parecieron convencerse, pero rápidamente la historia se encargó de echar por tierra tamaña afirmación. Cuando Blues Motel salió al ruedo con su inocultable nostalgia por los años sesenta, algunos volvieron a reflotar aquella vieja sentencia e intentaron desestimar la música de una banda dispuesta a hacerse escuchar. Y nuevamente el tiempo se ocupó de confirmar que aún quedaba mucho por mostrar: el contundente primer disco de la banda entregó bastante más que un simple Rock & Roll. Hoy, con uevo álbum bajo el brazo, los chicos del Delta vuelven a la calle con una propuesta tan caliente como original.

Encontrar un lugar y un estiloen el enjambrado monte musical bonaerense no parece sencillo, y menos aún para una banda apegada a una movida tan específica. Una primera placa, además, nunca es demasiado para lograr ese objetivo. Blues Motel, aquellos de "Dame Magia" y "Hojas vacías", necesitaban presentar un segundo trabajo para que tanto la incondicional torcida motelera como sus ocasionales oyentes pudieran revalidar la buena impresión causada por Vol.1, su primer CD. Y así llegó Mientras las guitarras suenen, un disco poderoso, estético y melodioso, que marca la lógica evolución de una banda decidida a hacer rock para los oídos.

Mientras las guitarras suenen, evidencia un gran acierto de estos chicos de Tigre: la capacidad de ceñirse de las más antiguas estructuras del Rock&Roll, romperlas, mezclarlas, y volverlas a armar a su gusto dejando un producto novedoso y familiar a la vez.

El disco se compone de pequeñas grandes historias contadas y tocadas de la manera más disímiles, pero que de principio a fin conforman un todo homogéneo. El aporte de un órgano Hammond deliciosamente ejecutado por Alejandro Lerner, y las influencias de Jimmy Hendrix y Luis Alberto Spinetta, hacen que este nuevo trabajo de Blues Motel desprenda matices realmente vivificantes. Claro que todo en el marco de una particular forma de amplificar y registrar el sonido, lo que ya es mucho decir.

¿Con esta nueva placa Blues Motel sigue siendo el mismo o cambió?

Gaba: Siguió la misma línea en cuanto a la búsqueda de sonido, quizás nos fuimos más a una música más fuerte, con guitarras distorsionadas, más contundentes, pero el estilo es el mismo, (...) La ideología en este disco es más libre con respecto al anterior. En el anterior nos basábamos mucho en un concepto de disco ´60 (...) En este no nos autolimitamos tanto.

¿El discurso ahora es más social?¿Dónde quedaron las letras adolescentes del primer disco?

Adrián: Quedaron ahí, en el primer disco, porque eran temas justamente de cuando eramos más adolescentes. Esas letras son de cuando recién empezábamos, cuando teníamos incorporado otro tipo de canciones y otro tipo de letras, entonces salían así.

¿Están más contestatarios?

Gaba: Puede ser más comprometidos con uno mismo y con la gente. Cuando te ponés a hacer las cosas bien, te vas planteando que tenés que mejorar, primero técnicamente y después ideológicamente. Vas en una dirección, no podés quedar bien con todo el mundo.

Andrés: Además uno va creciendo y no se puede quedar callado de ver cosas. Si tenés la posibilidad de estar en un escenario y hay gente que te está escuchando y... no sé si vos vas a poder cambiar todo pero, que se yo? aunque sea poder contarlas.

Adrián: Esa es una manera de descargarte vos, hay cosas que no podés arreglar y esa es tu manera de sacarlo para afuera, ¿No?, de sacar la bronca para afuera.

¿Están más conformes con este segundo disco?¿Les gusta más?

Ariel: Es diferente, quizás cuando salga el tercero y me lo pregunten me va a gustar más el tercero, pero es una cuestión que se ajusta al tiempo. Este disco es más la banda en vivo, más crudo.

¿Cómo es la relación con el público?

Rafa: Por ahora es muy personal. Por el momento y los lugares en que estamos tocando, hablamos con la gente. En ese sentido somos muy dados a ellos. Por ahí en el futuro cambia; si el público aumenta y los lugares cambian no vamos a poder estar con todos a la vez, pero por ahora la relación es muy buena, a mí me encanta. Son gente excelente los chabones. Además con este disco nos dimos cuenta de que hubo una evolución, un cambio, y se refleja positivamente en el público.

Obviamente a ustedes les gustaría vender bien en el disco, pero ¿se conformarían con tener buenos comentarios de la crítica?

Adrián: Obvio, lo que pasa que a nosotros nos gustaría ser y vivir de la música. Si fuera lo único que hiciéramos le podríamos dedicar más tiempo, tocaríamos mejor y tendríamos más cosas para ofrecer.

¿Creen que el Rock&Roll puede salvar al mundo?

Gaba: No, creo que lo que puede salvar al mundo es que dejen de hacer boludeces en la televisión, por ejemplo. Todos los modelos que transmiten se basan en el hecho de que venden y ganan guita y con eso se distorsiona todo. Así que el mundo se podría salvar con una revolución de ese tipo. Y el rock sí, puede aportar.

¿Cómo se ven de acá a veinte años?

Rafa: Gordo, pelado (risas)

Adrián: Tocando.

Andrés: Tocando, sí, sin dudas.

Cuando el grabador se apaga, Blues Motel deja los camarines y en el escenario todo es Rock&Roll... Cinco músicos inspirados abandonan la parcimonia del Delta de Tigre y empiezan a jugar con fuego, a demostrar tal vez un poco de simpatía por el demonio. Las parejitas no dejan de estirarse y enrollarse y los aplausos brotan enérgicos entre tema y tema. La fiesta ya empezó y ninguno parece querer que se acabe. Es que el Rock&Roll habla, enseña, provoca, y divierte. ¿Qué más se puede pedir?

Cristian Callejas
 
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