Revista Pelo - Mayo de 1994
 
Blues Motel presenta su disco debut - Todo es Retro
 
  Con una imágen y un sonido onda sixties, la banda que reúne la potencia de los Stones con la mágica visión de Black Crowes editó su debut discográfico, Blues Motel Volúmen 1, un álbum que se asemeja a un viaje a través del túnel del tiempo.

Una impactante imágen basada en indumentarias viejas y de estilo hindú, instrumentos de los años ´60 y una concepción estética global que responde a una cuestión de gustos y no de marketing enmarca la propuesta de Blues Motel, la banda que integran Gabriel Díaz (voz y armónica), Adrián Herrera (1a. guitarra), Ariel Herrera (bajo), Rafael Gildenberger (batería) y Andrés Casasco (guitarra base).

En los primeros meses de este año, ellos registraron su primer disco que, grabado en los estudios Del Abasto, logra recrear el sonido y los sistemas de grabación de aquella época, característicos en las bandas que los influenciaron a lo largo de sus vidas, como los Stones y The Who.

Si bien para los músicos uno de los aspectos más importante de la banda es la imágen, dejan en claro que eso no pasa por una estrategia de difusión: "Nos gusta la ropa vieja e hindú, a veces compramos telas y nos la hacemos. No tenemos nada que ver con la moda de ahora, nunca nos vamos a poner algo que venda la sociedad de consumo. Sentimos mucho amor por la ropa vieja y no es una cosa forzada, nos sale así porque es lo que más nos gusta; así andamos por la calle y no sólo sobre el escenario".

Blues Motel vió la luz a fines del ´88, con un comienzo ligado a la diversión de estudiantes que tenían muchas ganas de tocar: "El primer recital lo hicimos en Marzo del ´89, en el Anfiteatro de Tigre. Tocábamos para divertirnos. Todavía no teníamos un objetivo como el que tenemos ahora, pero teníamos cosas en común. Ese año tocamos mucho en la Zona Norte, Tigre, San Isidro, Olivos, donde salían fechas y con los equipos que se podían conseguir porque no teníamos. Era todo una cosa... Para nosotros era seria pero si lo ves ahora no teníamos nada", recuerda Gabriel.

A pesar de sucesivos cambios de integrantes, "que los tiraban para atrás", la banda definió claramente la imágen que quería exhibir desde el comienzo. "Desde un principio planteamos la imágen del grupo; no sé porqué, pero de repente salió toda la vestimenta, toda la importancia de la imágen, por ahí más definida que lo que hacíamos con la música", asegura Adrián.

Esos orígenes explican el concepto del álbum, tal como ellos mismos afirman: "Hicimos un disco re sesenta". La explicación viene dada una vez más por los gustos: "Somos fanáticos de toda esa época y medio maniáticos de escuchar y comprar compacts viejos. Eso se vé en el disco, desde las mezclas, que surgieron de escuchar todos los grupos ingleses de esos tiempos".

A la hora de grabar se pusieron en evidencia años y años de escuchar a las bandas que los marcaron. "Cuando grabámos el CD era la primera vez que grabábamos un disco y nos sacamos las ganas de grabar todo como queríamos: panear las cosas, grabar instrumentos al revés; en un tema psicodélico, la batería se grabó en velocidad normal y después se regrabaron los platos con la cinta más lenta y el redoblante más rápido. Cuando pasan la cinta a velocidad normal el sonido queda más o menos compactado de acuerdo al registro. En ese mismo tema afinamos la guitarra para que sonara como una cítara, llevando varias cuerdas a la misma nota".

Si bien se toman su tiempo para encontrar efectos, coinciden en afirmar que en general tratan de no agregar demasiadas cosas; el intento apunta más a "hacer todo como se hacía en esa época. Un blues grabado en mono, con la voz con cámara, tocando todos juntos, haciendo las tomas con las dos guitarras, la batería y el bajo", son algunos de los elementos que podrán encontrar en el álbum. "El técnico de sonido - Leandro y Mario Breuer como responsable de la masterización - se mataba por que decía que Rafael era el primer baterista que le pedía que pierda la batería, que la ponga medio atrás; se volvía loco porque no entendía y lo mismo pasaba con la voz... y nosotros, copados", recuerda Adrián.

La experiencia tanto sobre los escenarios del architransitado circuito porteño: Arpegios, La Cueva, Die Schule, etc., como de la cantidad de demos registrados tuvo su peso en el momento de ingresar a estudios, permitiendo un trabajo más relajado y minucioso. "El disco ya estaba bien armadito por eso la grabación en sí fue bastante rápida; en la mezcla nos deliramos más para poder hacer todas las cosas que teníamos ganas."

Contrariamente a lo que ocurre con las bandas que arriban a su debut intentándo reflejar su evolución a través del material de producción más reciente, los Blues Motel incluyeron en la placa temas de su primera época, como Blues Motel y Vamos Nena, elegidos entre más de treinta y tras una cuidadosa clasificación "por la onda": "elegimos los temas que tenían más que ver con la época del ´60".

Uno de los logros más importantes de esta elección tiene que ver con que actualmente la banda suena en vivo como está sonando en el disco: "Por ahí los fuimos guardando inconscientemente para el primer disco", señala Gabriel, y además agrega: "Creo que ninguno de nosotros hubiese querido meter temas nuevos, porque los temas que nos gustan nos hacen sentir más seguros".

Las composiciones pertenecen, indistintamente y en todas las variables imaginables, a vocalista y guitarrista, aunque luego de pasar el filtro de aceptación del otro en cada caso, y tras los arreglos, una vez que ingresan a la sala de ensayo "se siguen laburando entre todos". Esto quiere decir que cuando llega el momento cada uno mete su instrumento y aporta todo el bagaje personal que hace que algunos temas les suenen muy "Who", mientras paralelamente a otros les recuerdan a los "Faces".

Este debut llega con una propuesta que, como anticipa su nombre, tiene todas las raíces en el blues, pero descarga la potencia del Rock & Roll más simple y directo. "No creo que haya nada nuevo para inventar, ni creo en todos estos grupos que dicen que hacen música nueva, porque generalmente están haciendo lo mismo, están mezclando pero no inventando nada nuevo. Nada de lo que hagan ahora nos parecerá que va a tener el peso social que tuvo en ese momento", concluye Adrián.
 
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Leandro Logvinuk